¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo
Tal vez el mundo sería algo más habitable si supiéramos cómo reunir las palabras que van errando por aquí y por allá.
Algo que estábamos reteniendo nos debilitaba, hasta que descubrimos que éramos nosotros mismos.
Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotros no seria insultante si estuviéramos apenados.
Creo que es un gran error considerar cobrar altos impuestos a los vinos como un impuesto al lujo, si lo hiciéramos estaríamos cobrándole impuestos a la salud de nuestros ciudadanos.
Más cerca estamos de amar a los que nos odian, que a los que nos aman más de lo que quisiéramos.
Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos sí quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
No acabaríamos de desesperar si empezáramos.
Cuanto consuelo encontraríamos si contáramos nuestros secretos.
Si tuviéramos suficiente voluntad, casi siempre tendríamos medios suficientes.
Si no muriéramos no apreciaríamos la vida como lo hacemos.
Haríamos muchas cosas si creyéramos que son muchas menos las imposibles.
Todos nos transformaríamos sin nos atreviéramos a ser lo que somos.
Creo que si miráramos siempre al cielo, acabaríamos por tener alas.
