La libertad no es algo que esté en las condiciones externas. Está en las personas: quien desea ser libre, lo es.
En esencia somos criaturas sociales. La idea de que uno puede empezar algo de la nada, libre del pasado o sin deuda alguna a otros, no podría estar más equivocada.
Nací libre, por eso lo soy; nací libre, por eso no gimo bajo el yugo de la servidumbre, y mi alma se encumbra por las regiones altas, al paso que mi cuerpo se contonea sin temor de cadenas ni mordaza.
O ser oprimido, represor, o cooperar voluntariamente para el mayor bien de todos. No hay otra alternativa posible; y los anarquistas están naturalmente, y no pueden no estarlo, a favor de la cooperación deliberada y libre.
Los hombres se fijan a sí mismos su precio, alto o bajo, según les parece, y cada uno vale el precio en que se estima. Valórate como hombre libre o esclavo, que esto no depende más que de ti.
El que se encadena a una alegría, destruye una vida libre; pero el que besa la alegría en su vuelo, vive el amanecer de la eternidad.
Tal vez le diría: Intenta amar a otro; ofrece a otro este sitio libre. Pero ya sé que no hay ningún sitio libre. Su vida está llena, hasta el colmo, por una ausencia.
Las cuatro condiciones para la felicidad: el amor de una mujer, la vida al aire libre, la ausencia de toda ambición y la creación de una belleza nueva.
Libre es aquel que solamente apetece lo que está en sus manos alcanzar; siervo, el que tienen otras ambiciones.