El alma femenina es de una simplicidad que los hombres no pueden imaginar. Ellos buscan complicaciones, tropiezan con el vacío y se pierden.
Hay gente que drifruta de esta vida y pierden su alma, lo triste es ver que uno ni disfruta de la vida y de igual manera pierde su alma.
Nunca se pierden los años que se quita una mujer, van a parar a cualquiera de sus amigas.
Debemos vivir cada día con una suavidad, un vigor y una agudeza del reconocimiento que, a menudo, se pierden cuando el tiempo se dilata ante nosotros en un panorama constante de más días y meses y años por venir.
Aprendí pronto que al emigrar se pierden las muletas que han servido de sostén hasta entonces, hay que comenzar desde cero, porque el pasado se borra de un plumazo y a nadie le importa de dónde uno viene o qué ha hecho antes.
En las guerra no gana nadie, pierden todos. Y si la guerra es civil, la pérdida es más fuerte que la de cualquiera otra guerra.
Los fusiles no se pierden fácilmente, pero los hombres sí, pues caen heridos, mueren, se enferman o desertan.
Las carreras las ganan mis máquinas y las pierden los pilotos.
Únicamente nos ayuda aquel que nos hace comprender que las cosas pierden para nosotros su valor ficticio y su poder tiránico, tan pronto como llegamos a libertar de ellas nuestro espíritu.
Las cosas pierden al ser poseídas todo el valor que tuvieron al ser deseadas, porque el deseo es un artista engañador y mentiroso.
El dinero lo ganan todos aquellos que, con paciencia y fina observación, van detrás de los que lo pierden.
El dinero lo ganan todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de los que lo pierden.
El dinero lo ganan, Senén, todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de los que lo pierden.
Se dice que las personas que no pierden el optimismo a lo largo de su existencia, es que han tenido una infancia feliz.
El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso. No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.
